miércoles, 24 de febrero de 2010


Hola princesa oscura

En cuanto te levantes y elijas el suje que te vas a poner hoy lo colgarás de una silla y le harás una foto para tu amo…, la espero por la mañana en mi mail. Durante la mañana irás sin sujetador siempre que salgas fuera de casa (puedes ponértelo en casa).

Quiero sentir tus pezones rozándose con la blusa, marcados y a la expectativa.

Cada vez que vayas al baño, sea donde sea, te abrirás la camisa o te subirás la camiseta, dejarás tus pezones al aire, les darás un par de toquecitos, suavemente…, y los pegarás a la pared del baño, brazos en cruz, piernas entreabiertas…. Cerrarás los ojos y te imaginarás los labios de tu amo recorriendo tu nuca, repasando el tato, soplando ligeramente el lóbulo de tu oreja….Mantendrás la posición durante un minuto y luego te arreglarás la camisa y seguirás con lo que tengas que hacer. Después de hacerlo la primera vez te harás una foto de tus pezoncitos y la enviarás a mi mail…. Quiero que te sientas la zorrita de tu amo…, entregada, húmeda y dispuesta….

Besitos y mordiscos

martes, 23 de febrero de 2010

No es START, es "Sí mi AMO"


Sé que te cuestan los gestos, el ritual..., todo parece demasiado alambicado al principio, lejano a la pasión que sientes brotar en tu interior cuando te imaginas sometida, atada y entregada......

Pero los gestos tienen su cierta importancia, como símbolo de aceptación (siempre temporal) de una condición y de una manera de entender un "juego"

Mañana a primera hora harás una foto a las braguitas que pensases ponerte, enviarás la foto a mi mail, meterás las braguitas en tu bolso y comenzarás tu día..... sin braguitas.....,

Quiero que notes la sensación de desnudez a pesar de estar totalmente vestida, que sientas el roce de los pantalones en tu sexo directamente, que imagines lo accesible que te encuentras en ese momento para tu amo.... Un par de veces durante la mañana quiero sentir que deslizas tu dedito levemente dentro de tu sexo, una dulce caricia....

Si recibo un sms o mail tuyo durante la mañana con lo que deseo oir...., serás complacida en tu fantasía, si no.....

viernes, 12 de febrero de 2010

De vez en Mes (canción de Ricardo Arjona)


De vez en mes te haces artista
Dejando un cuadro impresionista
Debajo del edredón

De vez en mes con tu acuarela
Pintas jirones de ciruelas
Que van a dar hasta el colchón

De vez en mes un detergente
Se roba el arte intermitente
De tu vientre y su creación,
Si es natural cuando eres dama
Que pintes rosas en la cama
Una vez de vez en mes…

De vez en mes
La cigüeña se suicida
Y ahí estas tú tan deprimida
Buscándole una explicación

De vez en mes
El cielo te roba el milagro
El tiempo te hace un calendario
De una vez, de vez en mes

De vez en mes
Tú me propones
Huelga de hambre
Yo algo de imaginación.

De vez en mes la luna nueva
Viene a quitar lo que renueva
Y a colocar otra ilusión

De vez en mes soy invisible
Para intentar en lo posible
No promover tu mal humor

De vez en mes no hay quien te aguante
Y es tu pecado estar distante
Y otro peor quedarme ahí
Y aunque hay receso obligatorio
Y el cielo se hace un purgatorio
Te amo más de vez en mes

De vez en mes
La cigüeña se suicida
Y ahí estas tú tan deprimida
Buscándole una explicación

De vez en mes
El cielo te roba el milagro
El tiempo te hace un calendario
De una vez, de vez en mes

De vez en mes
Tú me propones
Huelga de hambre
Yo algo de imaginación.

De vez en mes
Tu vientre ensaya para cuna
Tu humor depende de la luna
Y yo te quiero un poco más

De vez en mes
A ti te da por tomar siestas
A tus hormonas por las fiestas
Y el culpable siempre yo

De vez en mes
No hay más reloj que el de tu cuerpo
No hay más luz que la que das
De vez en mes

martes, 9 de febrero de 2010



Siento como se aceleran mis latidos,
siento como mi pecho se infla
y por mi boca braman los rugidos
Siento mis labios abrirse para
que aquellos rugidos
salgan en busca de algunos oídos
que se vuelvan locos al sentirlos.

Siento como el sudor se escapa
por todos mis poros,
siento que ya mis sentidos
se mandan solos.
Siento el calor que baja hasta mis dedos,
siento que ya no manejo el deseo.

Te siento acelerada, exaltada, excitada,
incluso te sueño desorientada.
Deseo imaginarte atada, húmeda y atada,
que ahora nadie me detiene,
ya no importa nada.

Estoy recordando tu cuerpo desnudo
entregado, sometido a mi castigo
y mi piel ya no aguanta.
Recuerdo la miel de tus labios
recorriendo cada centímetro,
deseando que tu imagen no se vaya,
al menos hasta lograr mi objetivo.

Es ahora cuando mis ojos ya no miran,
cuando están sin punto fijo,
cuando ya no mando mis latidos.
Sólo siento el cosquilleo de mis dedos,
las sensaciones que me están matando...
Eso... falta poco... ya estoy llegando….
Tu boca entreabierta, tus labios susurrando….

Y en este momento he detenido el tiempo,
por un par de segundos creo haber alcanzado el cielo.
Sometida, arrodillada, princesa temerosa y entregada,
en tus senos, en tus glúteos, las marcas de mis manos,
la fusta aún agarrada
Está frente a mí, tu cuerpo desnudo…, tembloroso y replegado
no te escucho, pareces estar muda,
ese brillo en tu mirada,
ese río de felicidad que recorre tu espalda,
zorrita emocionada

Entonces caigo y mis latidos se vuelven a sentir,
aún no logro recuperarme del todo,
pero ya no me importa...
sólo quiero disfrutar de este modo.
Quiero suspirar y recordar tu imagen divina...
olvidando que todo lo que he sentido
fue producto de una más de mis fantasías.

Mi Fantasía



Me imaginaba en un bosque verde, como de primavera-verano. Árboles majestuosos, ramitas de flores por todas partes, miasma montañera, humedad. Al lado, un río que susurraba pureza y frescor. Tú estabas bañándote y jugando con las piedras. Te sentías confuso y enfadado, pues yo me escapé de ti, dejándote sin ropa y sin coche. Estaba oscureciendo, casi. Los grillos formaban coros; otros preferían vagar solos, cantando sus penas. La brisa era suave y dulce pero conseguía cosquillar a las hojas que se alteraban enseguida. Pronto, podías observar como los pájaros se retiraban sin prisa hacia sus nidos, dejando de tocar exquisitas melodías. Las luciérnagas se abrían el paso, iluminando el camino. A ti, todo esto, te parecía un mundo encantado, porque nunca te detuviste para contemplarlo y ahora te sentías parte de ello, viviéndolo.
Al crujir una pequeña rama a tus espaldas, te volviste como un lobo que se le interrumpe en la cena, queriendo vengarse pero, era yo. Me detuve. En tu mirada, pude distinguir el fuego del cabreo y a la vez, el de la pasión. Vacilé. Me di la vuelta rápidamente y tú saltaste del agua para atraparme pero yo rompí a correr, soltando un grito de alegría y riendo a carcajadas. Esto te intrigó y te hizo sentir mas rabia, así que decidiste correr detrás de mí para cogerme y darme una lección. No te hizo falta mucho tiempo, aunque soy buena atleta.
Por fin me tenías en tus manos. Te sonreía burlándome. Tu mirada había cambiado. Se podía leer: satisfacción, poder y dominación.
Sujetabas mis manos. Yo notaba tu fuerte y agitado pecho en mis espaldas. El corazón te latía con fuerza. Empezaste a soplarme en el cuello, muy cerca de la oreja, llevándome despacio hacia un árbol y empujándome con la pelvis . Yo me dejaba llevar. Me excitaba la situación. Cuando llegamos, me levantaste los brazos, inmovilizándomelos con tu mano. Con la otra te quitaste un collar primitivo, que parecía fresco y confeccionado con pequeños hilos naturales. Lo habías hecho tú, esperándome. Yo te miraba de reojo intentando comprender lo que tramabas. Sacudiste el collar y noté las pequeñas cuerdas que estaban enrolladas a su alrededor. Me estaba poniendo nerviosa y traté de escapar revolcándome con desesperación, pero conseguiste reducirme mordiéndome la nuca. Tu pierna sujetaba las mías mientras me atabas las manos a una rama robusta. Después te alejaste con velocidad. En mi voz se podía adivinar la rabia, pidiéndote que vuelvas y me desates pero volviste con más cuerdas para atarme los pies, y con una fusta…
Recibí un azote en mi trasero y me dijiste que si no estaba quieta, recibiría más. Obedecí.
Te acercaste más a mi cintura, hasta hacerme notar que te complacía aquello. Tus dedos desabrochaban los botones de mi pantalón, introduciendo luego, la mano en mis braguitas. Yo respiraba un poco mas de prisa que antes, anhelando mas, pero te detuviste para quítame la ropa. Me diste la vuelta para levantarme la blusa y ver mi rostro, que se confundía con la timidez y el descaro, pensando que eso era extraño pero me gustaba. Tú gozabas, admirando mi cuerpo desnudo, indefenso y derretido por el deseo, viendo como mis pechos percibían tu presencia.
La boca se te había secado y arrimaste tus labios a los míos, tocándolos con ternura. Yo gemí abriendo levemente la boca, sacando la punta de la lengua, fundiéndome con tu beso. Fue breve, después retiraste tu cara bajándola hacia los senos. Me mordiste delicadamente un pezón y luego succionaste. Aquello provocó la erupción de mi volcán que brotaba lava dulce, escurriéndose despacio entre mis muslos. El temblor se apodero de mi organismo. No parecías sorprendido y te paraste para atarme las piernas que te habían rodeado ya. Después de hacerlo te encendiste un cigarro para que fumásemos los dos mientras acariciabas mi cuerpo con la yema de los dedos. Por un momento, sentí como me penetrabas con el cordial, mirándome sin vergüenza alguna. Yo bajaba la cabeza para que no vieras mis reacciones, entonces tu, aflojaste la cuerda para que me sentara de rodillas. Me resistí pero me empujaste los hombros hacia abajo y tirando mí pelo, consiguiendo que me arrodillase ante mi amo. Enfadada, volví la mirada a otro lado pero tu cogiste mi barbilla, la levantaste hacia ti, me acariciaste la mejilla y me dijiste: ‘’¡chupa querida!’’.
Negándome, recibí dos azotes mas, cabreándote. Vacilaste con una sonrisa agria, me cogiste por los pelos y me guiaste hasta tu sexo. Lo tenía delante de mis narices. Tocaste mis labios con la punta del capullo y cuando los notaste, en ti había despertado un deseo frenético de que te la comiera y, finalmente, me la metiste casi toda en la boca. Gemiste silenciosamente. Yo también. Me gustaba aquello y cada vez lo hacia con mas alevosía.
Después de un tiempo, paramos, me levantaste y me colocaste con violencia y con la cara hacia el árbol.
Estabas curioso por probar mi sabor. Empujaste mi espalda hacia abajo, levantaste mi cintura y te arrodillaste detrás de mí, mordiéndome y pegándome las nalgas. Me quede sin respiración al sentir tu húmeda lengua, jugando en la parte mas prohibida de mí ser. Soltaba gemidos, aullidos de intenso placer, respiración escandalosa. En mi cabeza no había nada más que pura felicidad, infinita.
Seguía en la misma posición cuando te levantaste de repente. No aguantabas ni un segundo mas, parecía que ibas a explotar por todas partes. Cogiste mis pechos en tus manos frías. Estaban calientes y muy tensos. Con los dedos, frotaste los pezones que se estaban preparando para la guerra. Al poco rato me desataste los pies y me diste la vuelta, sin hacer caso a mis brazos. Rodeaste mi cintura hasta llegar con las manos bajo mi trasero. Separaste las nalgas, levantando levemente mi cuerpo, para que puedas penetrarme con potencia, haciendo que mi espalda se estampara en el tronco del árbol áspero. Deje escapar un rugido de gloria sin pensar en mi piel lastimada por la corteza. Sentía el dolor y el goce a la vez. Aquello hizo que la locura conquistara mis sentidos, consiguiendo dejar mis manos en libertad condicionada, agarrándote del pelo.
Una vez dentro, empezaste a descargar tu furia, bailando en mi y yo contigo. ‘’¡Oh! Si. Je voie la vie en rose!’’
Mis uñas sentían la necesidad de clavarse en tu piel pero, para no arañarte, se hundieron en nuestro salvaje cómplice.
Nuestras bocas se juntaron nuevamente. Te sentía más que nunca y en poco tiempo llegamos al victorioso clímax, transformándonos en un único ser, gimiendo al mismo ritmo, exhaustos y agotados.